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domingo, 31 de mayo de 2009

Los 13 misterios (según New Scientist) - 10. El acantilado de Kuiper

10. El acantilado de Kuiper

Si alguien viajara a la zona del sistema solar externa a las órbitas de Neptuno y Plutón, se encontraría algo muy extraño. De repente, tras cruzar el cinturón de Kuiper -lleno de objetos pequeños como asteroides helados y cometas- no hay nada. Los astrónomos lo llaman el ‘acantilado de Kuiper’, porque la densidad de objetos cae espectacularmente.
La pregunta es qué ha causado este brusco cambio, y la única posible respuesta parece ser la existencia de un décimo planeta del Sistema Solar, lo suficientemente grande como para haber atraído a todos esos cuerpos hacia su órbita. De momento, sin embargo, nadie ha conseguido aportar ninguna prueba de la existencia de ese planeta X.

lunes, 25 de mayo de 2009

Los 13 misterios (según New Scientist) - 11. La señal ‘wow’

11. La señal ‘wow

La señal tuvo una duración de 37 segundos, y venía del espacio exterior.
El 15 de agosto de 1977 el astrónomo Jerry Ehman, de la Universidad de Ohio State (EEUU), recibió una señal del radiotelescopio de Delaware.
Al ver la transcripcción de la señal, Ehman escribió al lado la palabra ‘wow1′. 28 años después, nadie ha conseguido dar una explicación a qué o quién emitió dicha señal.
La radiación provenía de la dirección de Sagitario, y de un ámbito de frecuencias de unos 1420 megahertzios. Estas frecuencias forman parte del espectro de radio en el que todo tipo de transmisión está prohibida, por un acuerdo internacional. La estella más cercana en esa dirección está a unos 220 años luz, así que si la señal provenía de allí, la tuvo que causar o bien un acontecimiento astronómico de enorme potencia. ¿O quizá fue una civilización alienígena con un transmisor de gran potencia?

domingo, 17 de mayo de 2009

Los 13 misterios (según New Scientist) - 12. Constantes no tan constantes

12. Constantes no tan constantes

En 1997 el astrónomo John Webb y su equipo de la Universidad de Sidney analizaban la luz que llegaba a la tierra procedente de quasars muy lejanos. En su viaje de 1.200 millones de años luz, la luz había atravesado nubes interestelares de materiales como hierro, níquel o cromo, y los investigadores descubrieron que la los átomos habían absorbido parte de los fotones de la luz procedente de los quasars, pero no los que habían esperado.
Si las observaciones son correctas, la única explicación vagamente razonable es que una constante de la física, llamada la ‘fina estructura constante’ o ‘alpha’ cambia de valor cuando pasa a través de estas nubes interestelares. Los científicos siguen investigando.

martes, 12 de mayo de 2009

Los 13 misterios (según New Scientist) - 13. La fusión fría

13. La fusión fría

En 1989 dos investigadores de la Universidad de Utah (Estados Unidos), Martin Fleischmann y Stanley Pons, desencadenaron la fusión nuclear en una probeta. Sostenían que era posible realizar procesos de “fusión fría” usando como catalizador un bloque metálico de paladio. En los siguientes 10 años, fueron miles los científicos que trataron de volver a lograr los mismos resultados, aunque sin éxito. Todavía hoy sigue la polémica, aunque son muchos los que sostienen que los resultados de Fleischmann y Pons fueron fruto de un error experimental.

viernes, 1 de mayo de 2009

Cinturones de Van Allen

Son dos fajas, formadas por partículas cargadas e interpoladas en el campo magnético terrestrel que rodean a nuestro planeta.

Fueron descubiertos el 31 de Enero de 1958 por el físico americano James van Allen, que era responsable de un experimento confiado al primer satélite artificial americano "Explorer 1".

En lo que respecta al origen de las partículas de los cinturones de van Allen, debe buscarse en los flujos de electrones y de protones que nos llegan desde el Sol bajo la forma de viento solar. Las partículas son arrastradas en recorridos helicoidales sobre las líneas del campo geomagnético por la fuerza de Lorentz (fuerza ejercida por un campo eléctrico y un campo magnético sobre una carga eléctrica en movimiento). Dado que el campo magnético aumenta cerca de los polos de la Tierra, las partículas se mueven de un lado a otro en recorridos helicoidales entre los polos norte y sur de la Tierra.

Los cinturones son evitados por las misiones espaciales tripuladas, porque su radiación puede dañar el organismo humano. Esta región se extiende desde algunos cientos de kilómetros sobre la Tierra hasta unos 48.000 a 64.000 km. La mayor parte de los protones de alta energía (mayor de 10 MeV) se encuentran en el cinturón interior a una altitud de 3.200 km; los electrones están más concentrados en un cinturón exterior que se extiende a muchos radios de la Tierra en el espacio.